La Iglesia
Presbiteriana El Divino Salvador empezó como una misión a través del Rev. José Falcón
quien fue llamado a la ciudad de Los Angeles en año 1912, por una comisión para encargarse de trabajar
en el Evangelismo a la gente de habla Hispana. Con mucha dificultad y
sufrimiento el Rev. Falcón empezó su trabajo con solamente 13 miembros. El recibió
muchas bendiciones de nuestro Señor y esta misión se convirtió en una iglesia.
El lugar de reunión para adorar al Señor,
era una pequeña casita situada sobre la calle “Mission Street” a algunas
cuantas cuadras del actual edificio de la iglesia.
Su deseo era
preparar a miembros de su iglesia para el trabajo misionero entre los
hispanos, y para eso se dedicó a enseñar
la palabra de Dios por las noches durante varios años preparando a líderes para
el servicio de Dios. Estableció varias misiones en diferentes partes de la
ciudad, y sus estudiantes se encargaron de llevar adelante el trabajo. El
resultado de su esfuerzo se demostró
a través del incremento en la membresía de la iglesia de 13 miembros a más de
400. El Divino Salvador se convirtió en una de las primeras iglesias presbiteriana
hispanas con auto suficiencia económica. Al darse cuenta
que la congregación crecía con rapidez, el deseo para un lugar más adecuado
para adorar al Señor aumento.
Durante los últimos
años de su vida, el Rev. Falcón se dedicó con mucho empeño a recaudar fondos
para la construcción de un nuevo edificio. Pudo encontrar un edificio en la
esquina la calle Echandia y Bridge,
donde actualmente estamos localizados. En aquella época el edificio de tres pisos con un sótano.
La fecha de
la dedicación del santuario 8 de Febrero de 1925. El sótano se destino a ser un
seminario para estudiantes que deseaban ser ministros. Después de su fallecimiento, su hijo el Rev. Humberto Falcón continúo
trabajando en la obra del Señor en el Divino Salvador.
Después de
varios años el Rev. Juan Rodríguez llego a la Iglesia en el año 1961. Con su
esposa Rebecca, y su único hijo Abiu. El Rev. Juan Rodríguez y su esposa
trabajaron arduamente entre la congregación
por más de 17 Años. El predicando la palabra de Dios. trayendo y llevando
hermanos de la iglesia, siempre ayudando a las familias de la iglesia. Y su
esposa Hna. Rebecca fue la pianista de la iglesia, directora del Coro, empezó
la Sociedad Femenil “Dorcas” y juntos trabajaron en la iglesia hasta el año
1979, cuando él se retiró.
Con el terremoto
del año 1971 el edificio sufrió daños estructurales en el edificio. Se Pudieron
reparar ciertas danos, pero desafortunadamente
el mayor daño fue en el tercer piso. Luego un segundo terremoto en el año 1979,
la ciudad de Los Angeles ordeno la demolición del edificio. El ano de 1982
tristemente el edificio fue demolido.
En el año
1976 el Rev. Walter Cuadra y su esposa Hilda llegaron para continuar trabajando
en la obra que el Rev. Juan Rodriguez dejo. Con su ayuda, el proyecto de
construir el nuevo edificio se inició.
Por medio de
un programa del Presbiterio de Los Ranchos llamado M.O.O.D. (Mission On Our Doorsteps), y generosas
donaciones de diferentes Iglesias, se empezó a construir el edificio. Con la
ayuda y esfuerzo de muchos hermanos con tribuyeron a través de su mano de obra
como pintar la iglesia, poner el piso, instalar la electricidad, poner el pasto
de afuera y las bancas en donde nos sentamos hoy.
Con gran
sacrificio y la bendición de nuestro Señor el edificio se inauguró en Febrero 1988. Desde
entonces, la iglesia tuvo la bendición de tener varios pastores a su servicio,
y ellos fueron los siguientes. El Rev. Eduardo Brondo, Rev. Jose Mesa, Rev. Mardoqueo Muñoz, Rev. Carlos Malavé, Rev.
Ismael González y Rev. Eliseo Morales. Luego de los 12 años del ministerio del Rev. Morales, el Rev. Juan
Sarmiento asumió la responsabilidad de ser pastor de la iglesia a partir de
Febrero del 2013.
La iglesia
Presbiteriana El Divino Salvador, es un vivo ejemplo de que la voluntad y las
promesas de Dios son verdaderas, a través de estos años la iglesia ha servido
para preparar e instruir a ministros ordenados y laicos, ancianos gobernantes, diáconos
y maestros de Escuela Dominical. El Señor nos ha ayudado hasta aquí.
Soli Deo Gloria.